Elefantes asiáticos

Elefantes asiáticos

Los elefantes han sido venerados durante siglos en Asia, continente en el que juegan un papel importante tanto en la cultura como en la religión.

De igual forma, la especie de elefante que habita en esas latitudes (el asiático) reviste un rol destacable en el mantenimiento de los bosques de la región, lo cual se puede ver afectado en el futuro debido a que el hábitat del animal se está reduciendo y por tanto se encuentra en peligro de extinción.

Características físicas

Los elefantes asiáticos son los mayores mamíferos terrestres de ese continente. Pueden alcanzar dimensiones de 6,4 metros de largo y tres desde el suelo hasta el hombro, así como un peso de cinco toneladas.

Son más pequeños que los elefantes africanos y tienen orejas proporcionalmente más pequeñas, que se mantienen en constante movimiento con el fin de que el ejemplar se pueda refrescar. Además, tienen un sólo "dedo" en el labio superior de su trompa, a diferencia de sus homólogos africanos, que tienen un segundo dedo en la punta inferior.

El color de la piel puede variar de gris oscuro a marrón, con manchas de color rosa en la frente, las orejas, la base de la trompa y el pecho.

Rasgos físicos de los elefantes asiáticos

Un número significativo de los elefantes asiáticos machos no presentan colmillos. En ese sentido, el porcentaje de machos con marfil varía de entre sólo un cinco por ciento en Sri Lanka, hasta un 90 por ciento en el sur de la India, lo cual puede constituir un reflejo de la pasada intensidad de la caza furtiva de marfil.

Subespecies de elefante asiático

Existen tres subespecies o variedades de elefante asiático. Estos son el indio, el sumatra y el esrilanqués.

El indio tiene la gama más amplia y reúne a la mayoría de los elefantes que quedan en el continente. El de Sri Lanka, por su parte, es físicamente la más grande de las subespecies, y también el más oscuro en color, mientras el de Sumatra es el más pequeño.

No obstante, algunos estudios sugieren que los elefantes pigmeos de Borneo podrían ser una subespecie separada. Si esto llegase a confirmarse como cierto, entonces serían esos ejemplares los más pequeños, que además son más redondeados y tienen caras infantiles, orejas grandes y colas más largas que casi llegan al suelo.

Junto a todo esto, esta subespecie parece ser la menos agresiva entre los elefantes asiáticos.

Organización grupal de los elefantes asiáticos

Organización grupal

Los elefantes hembras son más sociales que los machos. Ellas forman manadas con ejemplares emparentados, las que son dirigidas por la hembra más vieja (la matriarca), mientras que los machos suelen vivir solos, aunque a veces integran pequeños grupos junto a otros ejemplares del sexo masculino.

Ciclo de vida

Cuando las condiciones del hábitat son favorables, los elefantes hembras pueden dar a luz a una cría entre dos años y medio y cuatro, la que puede pesar de 50 a 150 kilogramos.

Después de varios meses, el ternero comienza a comer hierba y follaje, aunque permanece bajo la supervisión de su madre durante varios años porque no es sino hasta los cuatro que empieza a hacer sus primeros movimientos independientes.

Tanto los machos como las hembras pueden ser maduros desde el punto de vista sexual a los nueve años de edad, pero al menos los primeros no suelen empezar su actividad sexual hasta que tiene 14 o 15. Aun así, en ese momento no son capaces todavía de ejercer la dominación social necesaria para que su actividad reproductiva tenga éxito.

La mayoría de los elefantes sólo alcanzan su tamaño completo cuando tienen cerca de 17 años.

Alimentación de los elefantes asiáticos

Alimentación

Los elefantes necesitan comer un promedio de 150 kilogramos de alimento al día para sobrevivir, por lo que pueden pasar más de dos terceras partes de cada día pastando, aunque también devoran grandes cantidades de corteza, raíces, hojas y tallos.

De igual forma, pueden alimentarse de cultivos como el plátano, el arroz y la caña de azúcar, lo que puede ponerlos en conflicto con los humanos.

Necesitan tomar de forma obligatoria agua por lo menos una vez al día, razón por la que habitualmente siempre están cerca de una fuente de agua dulce.

Población y distribución

Más de cien mil elefantes asiáticos pueden haber existido en el inicio del siglo XX, pero los números han disminuido al menos en un 50 por ciento en las últimas tres generaciones, razón por la que todavía la especie está en declive.

Para moverse los elefantes se desplazan a través de la mayor parte de Asia. No obstante, ahora están restringidos a sólo el 15 por ciento de su área de distribución original.

Población de los elefantes asiáticos

Al respecto, el elefante indio tiene el espectro de distribución más grande, mientras que el de Sri Lanka se limita a unas pocas partes de la isla.

Por su parte, el de Sumatra estuvo una vez extendido por toda esa región, pero actualmente ha perdido cerca del 70 por ciento de su hábitat y sólo sobrevive en poblaciones fragmentadas.

Hábitat

El elefante asiático habita mayormente los bosques tropicales y subtropicales, tanto húmedos como secos, que dispongan de árboles con hojas anchas. Estos se hallan en territorios pertenecientes a países como India, Nepal, Bután, Bangladesh, Sri Lanka, Myanmar, Tailandia, Laos, Camboya, Vietnam, China, Malasia e Indonesia.

Amenazas principales

Asia es el continente más densamente poblado del mundo y un gran porcentaje de la antigua área de distribución de los elefantes ya se ha perdido. A medida que la población humana sigue creciendo, el hábitat restante de la especie se reduce a niveles que impiden el ciclo reproductivo de la especie.

Proyectos de desarrollo grandes (como represas, carreteras y minas), plantaciones agrícolas y la expansión de los asentamientos humanos también han fragmentado el hábitat del elefante.

Pérdida de hábitat de los elefantes asiáticos

Las poblaciones de ejemplares salvajes actualmente son en su mayoría pequeñas, y están aisladas e incapacitadas para mezclarse en las rutas de las antiguas migraciones, cortadas por los asentamientos humanos.

Conflicto entre humanos y elefantes

Una proporción sustancial de la población humana vive dentro o cerca de los espectros habitables de los elefantes asiáticos. Esta presión crece a medida que la población de Asia sigue aumentando desmesuradamente y por tanto parte del hábitat del animal es destruido para ser transformado en tierras de cultivo.

Los elefantes y las personas tienen actualmente más contacto que antaño, lo que eleva las posibilidades de ocurrencia de conflictos entre los humanos y ejemplares silvestres.

Los elefantes a veces atacan los campos de los agricultores y dañan sus cultivos, de los que estos últimos dependen para su subsistencia.

De igual forma, en ocasiones los elefantes agreden y matan a las personas y como resultado estas le dan caza para proteger sus campos y familias. Muchos expertos consideran que estos enfrentamientos son ahora la principal causa de muerte de elefantes en Asia.

Humanos y elefantes asiáticos

En algunos países, el gobierno ofrece una indemnización por daños a los cultivos o las muertes causadas por los elefantes, pero todavía hay a menudo una fuerte presión política sobre las autoridades relacionadas con la vida silvestre, para eliminar elefantes que habitan en las cercanías de regiones pobladas, en vez de tratar de evitar conflictos.

Caza furtiva y captura

La caza furtiva no es tan severa sobre esta especie, como sí lo es en África, pero de igual forma los elefantes asiáticos todavía son asesinados por sus colmillos, carne y piel. De igual forma, son sacados de su hábitat natural para comerciarlos vivos con miras principalmente en la industria turística de Tailandia.

Países como la India, Vietnam y Myanmar han prohibido la captura con el fin de conservar sus rebaños salvajes, pero en Myanmar los elefantes siguen siendo atrapados cada año para la industria de la madera o el comercio ilegal de animales exóticos.

Los métodos de captura furtiva han conducido a un alto nivel de mortalidad en la especie. Se están haciendo esfuerzos no sólo para mejorar los métodos, sino también para fomentar la cría en cautividad en lugar de tomar ejemplares de sus hábitats naturales.

De hecho, actualmente casi el 30 por ciento de los elefantes asiáticos viven en cautiverio.

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